Saber que te hice daño es un martirio. aunque no lo puedas creer me duele tanto como a tí, el mundo estaba en mi contra y me sentí desesperado pero no eres tú la culpable de esta situación sin embargo tu fuiste quién pagó las consecuencias.
Sin tener algún motivo descargue mi venganza ti siendo tú, la persona más maravillosa de este mundo, me atreví a abrazarte con estos mentirosos brazos. Te llené de farsantes besos, te acaricié con lascivas manos que ahora escriben tratando las perdones sin merecerlo.
No hice caso a las advertencias del mal que te provocaba, mi soledad desbordada acometió tu dulce y pequeño cuerpo aunque mi corazón penaba por no ser capaz de controlarme ahora me ahoga en un gemido de infamia que sólo podrá cesar con la dulce pronunciación de tus labios de un perdón
Aunque creas que son falsas te pido que las escuches, no pido que las comprendas, pero sí que me reconozcas mira bien en mis pupilas y veras arrepentimiento, jamas podré quererte como tú lo hubieras merecido pero nada de eso justifica la maldad con que te traté.
No conozco tu paradero, tampoco se si estás bien éste infortunio es culpa mía por no quererte como lo merecías tú fuiste como un faro que alumbraba mis días pero el brillo de tus ojos, lo extinguí con indiferencias y hoy que mas los necesito, quizás ya no brillen más.
Donde quiera que te encuentres M.A. te deseo suerte